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El neoclasicismo fue un estilo que comenzó en el siglo XVIII y se desarrolló a lo largo del siglo XIX. Se creía que un reexamen de las artes de la antiguedad podría regenerar las normas creativas aceptadas. Así, el movimiento se conviríó en un ranacer de los ideales y las imágenes de los antiguos.
El propósito del artista neoclásico era reproducir las formas del arte griego y romano tan auténticamente como fuera posible. No obstante, hasta que las rutas comerciales hacia oriente y grecia, no se vieron libres del dominio turco, los arqueólogos no pudieron hallar obras antiguas.. De ahí, que en las obras, mas alá de que se traó de imitar a las obras antiguas, existen variaciones de de estilo dentro del mismo neoclasicismo.
El neoclasicismo se preocupaba de producir reproducciones exactas de obras de arte.
DAVID (1784 -1826).
(La muerte de Marat, 1793)
David elige, en La Muerte de Marat, la revolución como tema artístico. Marat fue un revolucionario crítico, que pertenecía a la Convención como diputado jacobino. Vivía pobremente, todas sus ganancias las entregaba a las causas solidarias, su casa siempre estaba abierta a los demás. Lo llamaban "Amigo del pueblo". Marat tenía una enfermedad de piel que le obligaba a tomar baños frecuentes para aliviar sus picores. Una de estas ocasiones fue aprovechada por Charlotte Corday para proceder a su asesinato. Ella pertenecía a círculos girondinos (contrarios a los jacobinos en la Revolución Francesa). Charlotte abusó de la confianza de Marat y mientras se disponía a leer la carta, le asesta una puñalada para dar fin a su vida
(El Juramento de los Horacios, 1785)
El Juramento de los Horacios (1784-1785) de Jacques-Louis David fue una de las pinturas encargadas por Luis XVI para elevar la moralidad pública a través del arte.
Esta obra evoca el episodio donde los tres horacios, defensores de Roma, combaten contra los Curiacios, defensores del Alba, para finalizar la guerra entre ambas ciudades. Concretamente, representa el momento en que, los horacios, juran vencer o morir ante su padre.
Desde mediados del siglo XVIII los descubrimientos arqueológicos habían permitido conocer mejor el arte antiguo. El cuadro, pintado por David después de su estancia en Roma, está ambientado en un atrio y los personajes, vestidos con indumentaria clásica, adoptan actitudes que recuerdan las estatuas romanas; los personajes posan estáticos y desprovistos de emotividad. En la composición general quedan patentes los conceptos de heroísmo y patriotismo y la preeminencia de la razón de Estado frente a los sentimientos. A la composición piramidal de los hombres, que convergen hacia la cima formada por las espadas en alto, se opone la posición abatida de las mujeres.
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